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Archivo de la etiqueta: Futurismo

Cuando el pasado febrero la revista online Crazy Friday Magazine me ofreció la oportunidad de llevar una columna mensual dentro de su sección Notas desde aquí abajo, inmediatamente vi la ventana de oportunidad abierta a probar algo distinto a lo que estoy acostumbrado y que me venía pidiendo paso desde hacía un par de años: escribir no-ficción futurológica, usar el muchísimo material de referencia al respecto de vanguardias tecnológicas, estudios de tendencias y corrientes de pensamiento prospectivo que barajo como sustrato para los relatos y las novelas, y ponerlo en primer plano. Me impuse a mí mismo, además, un pequeño reto añadido, el de adherir la columna a la escuela futurológica que, tal como están las cosas hoy día, me parece la más rompedora de todas, esa que hunde las raíces en futuristas como Buckminster Fuller y Paul Virilio, y pensadores como Raoul Vaneigem, se desmarca de visiones apocalípticas ballardianas y se aplica a superar el pesimismo posmoderno para formular una futurología moderna, concienciada y homeostática que nos re-enseñe a pensar en las posibilidades del mañana.

Así nació KULTURTECTURA, como un espacio de análisis futurológico del hecho cultural, pergeñado por un escritor de Ciencia Ficción y desde una óptica positiva y también un poco mágica; como una colección de artículos de opinión en defensa de la idea de que aún hay un futuro ahí delante, uno que está por moldear y que no sólo no nos ha dejado de lado sino que está a la espera de que recuperemos la fe en él para moldearse a nuestra conveniencia; como un acto de resistencia, de «robar de vuelta la alucinación» psicodélico, con datos y teorías y algo de pensamiento lateral y poesía.

Mi plan provisional para la columna es que ésta se desarrolle durante un año entero, organizada en tres ciclos o «capítulos» de cuatro textos por ciclo, cada primer viernes de mes. A partir de entonces, dependiendo de cuánto haya podido exponer, de cuánto quede por decir y de la acogida general del invento, KULTURTECTURA seguirá por un año más (o hasta que la buena gente de Crazy Friday conceda) o quedará cerrada. De momento, tengo un buen puñado de motivos para estar contento; disfruto mucho (más de lo esperado, sinceramente) del proceso de ordenación de ideas y de redacción de cada entrada, se han generado un par de debates interesantes a partir de algunas de ellas y el flujo de visitas hace que tanto la revista como la columna crezcan mes a mes de forma francamente prometedora.

Hoy, aprovechando que la actualización del noveno volumen de la revista publicó el pasado viernes la cuarta entrega del espacio, cumpliendo así su primer cuatrimestre, dejo aquí ordenados los enlaces correspondientes a este ciclo a modo de resumen. Leed, compartid o haced con ello lo que buenamente gustéis. Vuestro es:

KULTURTECTURA #1, Atemporal: explicaciones, coherencia narrativa, Justin Bieber y la desfragmentación del tiempo.

KULTURTECTURA #2, No Ámbar: estancamiento, ciencia, diseño y maravillas de estar por casa.

KULTURTECTURA #3, Sensado: privacidad, historia, un ejercicio práctico en futurología y algo de psicodelia.

KULTURTECTURA #4, Disrupción: roturas de paradigma, la jornada laboral de 40 horas semanales, la Cultura como residuo y quimeras.

INTRO

La semana pasada, Microsoft publicaba, tanto en su web como en YouTube, un curioso video propagandístico al respecto de la visión que la compañía tiene del futuro (de cierto aspecto muy, muy concreto de éste) con la intención de, supongo, más o menos revelar qué dirección tomará y hacia qué apunta su “política de gadgets” en los próximos cinco a ocho años: Productivity Future Vision:

 

Al poco de presentarse el vídeo, más que un anuncio un pequeño corto prospectivo-optimista, tanto blogs especializados como futuristas aficionados como el que suscribe nos dedicamos a moverlo de forma casi viral, me atrevería a decir que entusiasmados y, como críos retrasados la víspera de navidad, cegados por las lucecitas y los juguetes y la ausencia de sombras.

Aunque, en mi caso, el entusiasmo duró cosa de minutos. A los veinte segundos de vídeo ya sabía que iba a escribir algo al respecto aquí mismo, en el blog y, nada más acabar de verlo, decidí que lo que dijese no tenía por qué ser, en este caso, el habitual parloteo unidireccional y medio alucinado al que acostumbro; así que subí el corto a mi cuenta de Facebook y solicité comentarios. Y vaya si los hubo. Y a día de hoy, en este mismo momento, aún tengo que apartar la vista de la hoja en blanco para ver cómo van llegando nuevas puntualizaciones, nuevas opiniones, todas válidas, todas añadiendo capas al presente texto y obligando a mutar a su intención primera. De hecho, acabo de pedir a todos los que han tenido a bien participar en el improvisado hilo de discusión, su permiso para copiar y pegar aquí sus aportaciones, con la intención (también improvisada, al vuelo, al pulso de la inmediatez y lo automático que requieren los tiempos… estamos ejerciendo el verdadero futurismo aquí, señora…) de que la entrada final quede como una jam session de opinión, un enésimo experimento que espero sepáis perdonarme.

Precisamente porque, entre lo mucho que se echa en falta en esto que nos ocupa, en lo que Microsoft ha echado a rodar, está la importancia capital para según qué que según quienes le damos a esto de las redes sociales…

 

ORIENTADO A LA PRODUCTIVIDAD

Aséptico: eso es, sin duda, lo primero que le viene a la cabeza a cualquier persona de bien en cuanto se asoma a esa hipótesis corporativa que nos ofrece el vídeo. Orientado a la productividad, todos en cubierta, todos tan blancos y tan limpios. Táctil. Realidad-no-tan-aumentada. El viaje y la interconexión, el hogar y lo innecesario.

Cisco Bellabestia: Un hartazgo de pantallas. Hay cosillas de realidad aumentada que parece que estarán presentes aunque dudo que las lunas de un taxi. Esperaba ver un móvil-pulsera, en plan bio, forrado de hipodérmicas, pero nada, microsoft es muy soft…

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Ricardo Riera: Su mejor fuente de inspiración está en los comentarios del propio vídeo; visiones apocalípticas que hablan de un futuro lleno de dedos grasientos, aplicaciones que se congelan y fallan cada dos por tres, servicios de atención al cliente que tienen el absoluto control de tu VIDA y los africanos molidos como fuente de energía barata. La verdad es que veía todo esto y me daba bastante horror.

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Marco Antonio Raya Ruiz: yo sólo digo una cosa: boxeo.

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Orientado a la productividad, todos en cubierta y arriando tela y arrimando el hombro, el vídeo sólo contempla trabajo y excusas morales: de camino al trabajo, uno se cura en salud transfiriendo la limosna al otro extremo del mundo; lejos de casa, mamá ayuda a su hija a aprender a trabajar y la unidad familiar queda salvada. No hay empatía. No hay juego. No hay ocio. Paradójico, teniendo en cuenta que los últimos estertores de esta cultura nuestra se aferran al ocio como a un clavo ardiendo de necesidad de evasión. Lo que a mí me falta: las preguntas referentes a la intimidad tecnócrata: ¿qué y cómo lee ese currito en el metro? ¿Cómo reproduce la banda sonora que va a necesitar para soportar la jornada? ¿Qué comparte esa niña con sus amigos y compañeros de juegos? ¿Con qué va a desarrollar el pensamiento lateral que tan necesario va a ser en el futuro? ¿En base a qué se rebelará contra sus padres cuando alcance la adolescencia? Teniendo a la esposa lejos, y una vez la niña se haya acostado, ¿cuál va a ser el placer culpable del padre? ¿Qué usará para estimular sus fantasías masturbatorias?

Marco Antonio Raya Ruiz: ah, y lo que más gracia me hace: los menús de las pantallas del vídeo son con la tipografía y las transiciones, las formas, los iconos, etc. del actual sistema operativo de móviles de windows. vamos, lo digo porque son igualicas que mi móvil. así que dudo mucho que esta mierda que tengo sea el futuro, porque es una puta inutilidad de smartphone. vamos, que al fin y al cabo no es sino publicidad encubierta, algo que ya suponíamos…

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Detalles corporativos, firmas de marca, todos a una y bajo el mismo palio, orientados a la productividad hasta que la curiosidad ya no nos nazca sino que se nos cultive.

Cisco Bellabestia: H.G. Hueles

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Marco Antonio Raya Ruiz: y volviendo a las conclusiones: no hay espacio para el sudor, la suciedad, la sangre o el semen. el futuro no será así más que en los congresos de telefonía móvil. ergo, reitero, la clave es (como palahniuk bien sabe) saber dónde ubicar las hostias. el contacto con el otro. situación y características del BOXEO como marcador del índice de FUTURISMO ya.

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Cisco Bellabestia: La publicación del futuro habrá de ser una mezcla de The Economist con el Marca, eso sí, en lugar de fútbol se escribirá, únicamente, de Lucha Libre.

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Marco Antonio Raya Ruiz: sí, Lucha libre de Grasas. Fijo. 😀

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Orientados a la productividad, no queda espacio para el sudor, la sangre o el semen, porque no hay juego. No hay grasa. En el mundo corporativo no caben ni la experimentación ni el software libre, porque ambos están relacionados con las vísceras y la inteligencia, no con la obediencia. Las buenas intenciones se diluyen en el momento en que un susurro nos llega desde un rincón: si-no-estás-con-nosotros-no-estás.

Luis Gámez: MMA, Cisco, la nueva Lucha Libre. Respecto a la ingenua visión sobre un futuro higiénico y aséptico que nos ofrece el vídeo solo diré una cosa: ¡Kipple!

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Cisco Bellabestia: No estoy lo suficientemente borracho para entender tu inglés, Gámez…

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Marco Antonio Raya Ruiz: amén: KIPPLE+BOXEO+ÁCAROS

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Marco Antonio Raya Ruiz: la tríada de dios.

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En el futuro que ve Microsoft, el no-kipple ha prevalecido. Por otra parte, sólo desde hace muy poco se contemplan en ingeniería teórica las cuestiones del reciclaje, la actualización o no, los ciclos óptimos y la duplicación sistemática de la información existente. Y, aunque se contemplen, son rápidamente ignoradas por los departamentos de marketing y contabilidad. Imagino que la idea de La Compañía es convertir la obsolescencia programada en pandemia. Orientada a la productividad.

Ricardo Montesinos: Falta la parte «Mientras tanto, en Somalia…»

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MIENTRAS TANTO, EN SOMALIA…

Queda claro, viendo las opiniones al vídeo, que sí, la ingeniería y el diseño están muy bien, pero no se puede pensar en Mañana teniendo el Ahora como lo tenemos. Invalidados por el presente:

Juanma Sincriterio: Eso no es el futuro. No hay jetpacks. Además da mal rollo, ¿todo el mundo es oficinista o ejecutivo?

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Iosif Raimundas Baskoliadis: Todo el mundo es emprendedor. Es un mundo feliz, Juanma.

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Juanma Sincriterio: No puede ser feliz, no hay jetpacks.

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Iosif Raimundas Baskoliadis: A ver si así: Es «Un mundo feliz», Juanma.

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Juanma Sincriterio: Lo había pillado, sr. sutil. Lo que digo es que este presente (http://www.que.es/madrid/201110281702-cada-somos-buscamos-comida-basura-cont.html) ni de coña conduce a ese futuro.

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Iosif Raimundas Baskoliadis: Y yo. Está bien señalar que justo en Madrid o Barcelona ya hay excluidos de ese futuro (Cuarto Mundo, lo llaman algunos) y que cada vez van/vamos a ser más. De hecho ese tipo de situaciones las conozco bastante bien. Claro que después de haber viajado a China y visitado Shanghai, no puedo negar la posibilidad de que ese futuro vaya a existir también. Pueden convivir, como conviven ese presente y nuestro presente en facebook.

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Iosif Raimundas Baskoliadis: Se calcula que hay entre 1.5 y 2 millones de usuarios de comedores sociales hoy. Un recurso que hace 4 años se consideraba casi obsoleto en España. Y el perfil que más ha aumentado es el de familias.

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Pero la cosa sólo hace que ponerse peor a la que, tapándonos la nariz, prestamos algo de atención a las Zonas de Procesamiento, a la vomitiva influencia de la misma Microsoft en la escalada tecnológica de América del Sur o, centrándonos en lo cultural (porque ya dedicaré otra entrada, más adelante, a las especulaciones políticas que se pueden derivar de esto que nos ocupa), a cosas como las que expuso hace un tiempo Richard Stallman en su soflama sobre “computación traidora”.

Ekaitz Ortega: Quiero pensar que nuestro continuo pesimismo seguirá inquebrantable. Mientras, una masa de personas llena de ilusiones -gentuza, al fin y al cabo-, continuará intentando mejorar esta pocilga.

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ESCUELAS DE PENSAMIENTO

Forfy Von Zipper: Es todo TAN limpio… Yo creo que, en tanto terminaremos identificados en este mundo de servicios por nuestras huellas dactilares, ADN’s, pupilas y demás, habrá un mercado negro de manos cercenadas, ojos en formol o semen en botecitos obtenido al estilo «hagamos un hijo a Boris Becker». El futuro es de las prótesis, si ahora te roban la cartera espera a que te atraquen a plena luz del día para llevarse tu pierna (y acceder así a tu cuenta del banco).

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Sara Vr: ¿Tu pierna? Lo que se llevará en el futuro será el análisis de retina, así que preveo una época de bonanza de los fabricantes de parches de pirata. Y de los ojos de cristal, porque todo el mundo se preocupará primero de ser perfecto, y luego de vivir. Estar gordo será antisistema. Me voy a desayunar por segunda vez, señores. Creo que tengo mermelada de plátano con chocolate contra la angustia vital.

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Lo que a mí personalmente más me gusta de la filosofía futurista, de hacer prospección por el gusto de hacerla y sacar de ella el rédito que nos venga en gana, es su carácter anárquico. No hay modelo, (casi) todo vale y toda conclusión es buena hasta que venga el mundo y nos demuestre lo contrario con una patada en los cojones. Pero hay, de algún modo, “escuelas de pensamiento”, facciones, tesis con las que alinearse. Evidentemente, Microsoft se alinea con el sector más deshumanizante, falsamente democrático y siguiendo el esquema de lo corporativista, aún residuo de la Edad Industrial que vamos dejando atrás a cada pasito (mal que muchos parezcan no enterarse, o enterarse psicóticamente poco): multitud de dispositivos engarzados por los pelos, mismas preferencias lo quieras o no, misma estética (Una Grande y Unitaria y Redundante), inaprensible y sujeta al dictado del fabricante y sus aliados comerciales.

Yo, y gente muchísimo más lista que yo, digamos Jamais Cascio o la troupe de BERG, apostamos por algo un tanto más individual, individualista si se quiere, personal y personalizable, que inevitablemente lleva a líneas narrativas, a posibilidades especulativas, mucho más libres e interesantes: un solo dispositivo para controlarlos a todos, tuyo y sin ataduras.

Iosif Raimundas Baskoliadis: El chino que curra en los ordenadores en 2009, es el mismo que en 2011. Deducimos pues que no hace falta ejecutar sumariamente humanos para conseguir proteínas. A mí lo que me resulta demasiado increíble es que la realidad aumentada en estos vídeos se de en todos los materiales del suelo. Demasiado caro. Lo normal sería una especie de gafas (o ya poniéndonos hardcore, cirugía ocular), porque los suelos de mármol con flechitas animadas para cada persona son impracticables.

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Aquí la importancia de la computación en nube es definitiva. No quiero tener que llevar toda la información encima, sino que la información flote a mi alrededor. Quiero un puente. Quiero un enchufe. Un gestor personal de la información que me ataña sólo a mí o a los que están cerca (física, psicológica y referencialmente cerca). Un dispositivo multimedia, no sólo un teléfono especialmente listo, que me permita extractar los datos que me incumben en tiempo y presencia real: caminaré por la calle y las gafas de realidad aumentada que sincronizo con mi dispositivo nada más salir de casa, según mi configuración personal, obviarán toda la morralla de la publicidad locativa, las rutas que no uso y el índice de comercios y servicios cercanos que no tienen nada que ver conmigo ni con este momento, para indicarme las novedades en la librería de la esquina, dónde coño queda esa quesería de la que me hablaba el otro día mi novia, y qué relación tiene ese diseño de fachada en particular con el nuevo relato que estoy escribiendo. Igual que a ti las tuyas te señalarán qué bares cercanos tienen la mejor ratio número de clientes / precio para que puedas ir a ver el partido esta tarde, los graffiti virtuales de tu barrio, modos óptimos de moverte por el edificio este al que has venido para hacer el trámite aquel, vórtices y acumulaciones de kipple que puedas reciclar en obra de arte… Lo que se ciña a cada uno. Luego, llegaré a casa y conectaré el dispositivo a mi teclado ergonómico con pantalla proyectada y escribiré estas cosas en la última versión de OpenOffice que almacena automáticamente mis textos en mi porción codificada de La Nube, a la que sólo podrán acceder mis editores, mis lectores habituales o todo quisque, quien a mí me rote.

Celeste Cervera: ¿Costes de ese tipo de tecnología? ¿Qué pasó con los mendigos de verdad, deportados a un campo de exterminio? ¿Para qué se viaja y se reserva habitación en hotel si la reunión es virtual?¿Y el amante virtual? ¿Los curritos que no tendrán esas cocinas seguirán cocinando pasta y arroz, arroz y pasta? ¿En las caídas de servidores, serviremos para algo?

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Sara Vr: A mí el tema de las caídas de servidores me interesa especialmente, porque en un entorno como ése tienen que ser espectaculares xDDD y los virus… ahhh, los virus. Eso sí que va a molar. Señores, si algún día tengo una casa así, sabed que en algún armario habrá un hornillo de gas «por si acaso». Por si hay un cataclismo cibernético y queréis unas sopitas o algo.

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Daniel Lasmarías: Es un video para ricos. El problema es que no hace una división de clase: acaso hoy en día no convivimos con tecnología de hace diez o veinte años. Seguro que algún rincón de ese mundo tan limpio y próspero hay alguien con un Nokia 3720 pagando una conexión a Internet abusiva (integrada en su tarifa plana) que ni siquiera puede utilizar plenamente.

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De vuelta al kipple. Una suerte de coexistencia de nuevas tecnologías con tecnologías obsoletas, todas potencialmente basura y carnaza para las Zonas de Procesamiento. Eso sólo se solucionará con retrocompatibilidades, me temo. Cosa que no interesa en absoluto a La Compañía. Se siente.

Marco Antonio Raya Ruiz: eh, yo soy bastante optimista. lo que no soy es idiota. quiero decir, el futurismo será, pero adaptado siempre a lo que viene siendo un ser humano. esto es, sangre, sudor y mocos. porno. tuberculosis. bebés que sólo salen bien en las fotos porque son hijo propio. gargajos en el suelo del metro, por mucho que el metro se mueva con la mente del conductor y el conductor sea de una raza probética. eso no es incompatible con el postureo tecnológico, las JMJ o la realidad virtual aumentada. 🙂

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Iosif Raimundas Baskoliadis: Teniendo en cuenta los sistemas de seguridad de los casinos de Las Vegas, para reconocerte no hará falta ni análisis de ADN. Además, ya se lo proporcionarás tú alegremente con tu facebook integrado para que todo el mundo sepa quién eres.

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OUTRO

¿Un vídeo prospectivo-optimista, decíamos? Muy poco queda de eso ya a estas alturas de este texto al que estoy a punto de poner punto y final. Debería puntualizar aquí, también, que conozco bastante bien a la mayoría de los participantes en la conversación transcrita, y que entre ellos hay ingenieros, científicos, bloggers, bibliotecarios, poetas y agitadores culturales… independientemente de esto, usuarios al fin y al cabo. Relajados, opinando, prestándose a jugar a ser teóricos pilotos de pruebas del futuro, pero sin perder de vista que por encima de la mercadotecnia está el sentido común y, aún más arriba, las personas.

Señores de Microsoft (y señores de Google, y apóstoles de Steve Jobs… de algún modo son todos la misma mierda ávida, usurera y restrictiva), esto es “hacer futurismo”, por disperso, caótico o parcial que pueda parecer; narrar posibilidades. Nuestras propias líneas argumentales especulativas que, caramba, contemplan ingredientes no adulterados por su idea única de Consumo-A-Toda-Costa. Porque, ya ven, el futuro siempre ha sido, debe ser y será de los usuarios. Yo de ustedes iría tomando nota.